En esta vida que nos ha tocado vivir en la que no paramos de correr, en la que no tenemos tiempo de mirar al sol, ni ver como cambia el paisaje con el paso de los días, en la que los teléfonos no nos dejan respirar y nuestros pasos siempre van apresurados, se nos ha olvidado la magia que nos rodea.
En Puyarruego hay magia, en Sobrabe hay magia, en Huesca hay magia. Ven y descúbrela, pero para eso ven con tiempo. Para descansar en Campacruz y para que te contemos como las brujas vivían entre nosotros. Y si te fijas bien, igual tienes suerte y hasta ves alguna.
Te contaremos que Ramón de Sercué dice que las brujas vivían en el valle. En Vió, por ejemplo, había una que era muy guapa y salía todos los días a peinar sus largos cabellos a un campo. ¿Quién te ha dicho que las brujas eran viejas y feas?
Pero también cuenta que en el barranco de Mallarguero vivían brujas. En el lado del solano vivían las pequeñas y podías oír como cantaban:
“Lunes, martes, miércoles tres”.
Desde el otro lado, la bruja Pacina, la mayor, les contestaba:
“Jueves, viernes, sábado seis”.
Pero cuidado, porque a veces el demonio aparecía por allí y contestaba con voz profunda:
«¡Y domingo siete»
Y las brujas pequeñas corrían asustadas, igual que los niños y niñas que crecíamos oyendo estos cuentos. Pero al momento volvíamos a pedir más historias, a buscar más magia. Estas historias llenaban nuestras montañas y la imaginación de todos los que hemos crecido a sus pies. Vente, disfruta unos días de ellas, de su paisajes y de sus historias. Tenemos muchas más esperándote.
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