Así es como se sienten nuestras gallinas, felices y contentas, con toda la pradera de Campacruz para ellas.
En cuanto Sergio y Alejandra abren la puerta de su particular «apartamento», las gallinas salen escopeteadas a correr por el jardín, como lo hicieron el pasado sábado miles y miles de personas tras casi dos meses de encierro en sus gallineros, perdón, en sus casas.
Nunca hubiéramos pensado que debido a un virus invisible, nuestras vidas podían parecerse a la de las gallinas. Eso sí, hay gallinas y gallinas… Las nuestras tienen unas vistas privilegiadas, un fresco en el pico que les alegra la vida, la mejor comida y por supuesto toda la tranquilidad del mundo.
Ya veis, siempre hay animalicos con suerte…
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