Muchas veces nos preguntan qué es lo mejor que tiene Campacruz. Nos quedamos pensativos porque no es fácil decidirse por una de ellas.
Pero si hay algo que nos vuelve locos es el lugar donde se encuentra nuestra casa y nuestro pueblo, Puyarruego, rodeado de montañas, pero no son montañas cualquiera. Para nosotros son las más bellas del mundo y cada una tiene su nombre y apellido.
Nuestro norte siempre es y será Treserols, siendo Monte Perdido la cumbre más alta. Luego están las montañas que rodean al gigante, como las Tres Marías o Zucas, y como no la impresionante mole de Sestrales y Castillo Mayor.
Pero para nosotros no solo son montañas, pues son mucho más que eso. Cuando las miramos, en realidad estamos viendo el paisaje de nuestros padres, de nuestros abuelos… ya que junto a ellas nacieron y crecieron, también jugaron y trabajaron; a través de las ventanetas de sus cocinas y de la escuela observaban sus cumbres nevadas; levantaban la mirada para leer las señales del cielos, deseosos de que llegara la tan esperada lluvia, pero también miedosos si amenazaba una «tronada».
Por eso, estas montañas no solo son un bonito decorado. Estas montañas son el paisaje de nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Estas montañas, con sus nombres y apellidos, nos abrigan, nos hablan y nos acompañan.
¿Qué más se puede decir? Por eso Campacruz nos gusta tanto, porque vivimos abrazados a estas montañas que son parte inseparable de nuestra vida. ¡Gracias amigas por darnos tanto sin esperar nada a cambio!
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